Estaba acostumbrada a fotografiar espacios, objetos y personas. Alguien me sugirió fotografiar bebés. "No debe ser complicado; están tranquilos y dormidos". Y me picó la curiosidad, claro. Ofrecí hacer unas fotografías a una amiga que acababa de ser madre, descubriendo no era fácil en absoluto. La experiencia me encantó, frustró y estresó a partes iguales. Pero repetí. Soy de las cabezotas.
Al mismo tiempo, leí mucho, ví cientos de vídeos, estudié miles de imágenes y me he formado con profesionales de alto nivel, tanto en el trato del recién nacido, como en la técnica a la hora de fotografiar sus primeros días. Su bienestar y seguridad me resultan tanto o más importantes que captar una bella imagen.
Fotografío con la emoción, delicadeza y sensibilidad de una madre.
Fotografío con la técnica y conocimiento de una profesional que lleva trabajando en fotografía cerca de veinte años.
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